domingo, 28 de marzo de 2010

Acerca de cómo se resuelven algunas cosas

Soy una gran fanática de las listas que sirven para ordenar.

No tanto de la enumeración, no marco con números sino más bien tipo ítems. 

Ahora tengo un par de asuntos que resolver, y tengo que armar mi listita:

- Envíar invitación a mi fiesta de cumpleaños a los que sí van a ir. 

- Dejar de pensar en que unas cuantas personas que quisiera que estén no van a estar. Van a estar las que pueden. Y las otras tal vez en espíritu. Y si ni siquiera es así, entonces, para qué quiero que estén?

- Recordar que algunos hombres siguen valiéndose de técnicas milenarias y pelotudas, y que ya aprendí a descubrirlas a tiempo. Mujeres del mundo, escúchenme de vez en cuando. Hombres del mundo, JA! Gotcha!

- A esos mismos hombres, dejarles creer que "la hicieron re bien". Y reírme cuando pienso en eso. 

- Confiar en que voy a poder con el ritmo frenético de estudio que me impuse. Y que también podría hacer más, pero así está bien.

- Comprar cinta aisladora, para aislar cables... y otras cosas.

- Cantar una de Janis, una de Jimmy, una de Jim y una de Kurt. No tocarlas en la guitarra porque sería un insulto y seguramente seguiría sus trágicos destinos si alguien me escuchara hacerlo.

- Recordar que no es un año más, es un año menos, y así, cada vez menos tiempo para hacer cosas. A meterle pata. 

sábado, 27 de marzo de 2010

Si diez años después...

Hace una década, una serie de personas pasaron por mi vida pero no de la forma que a mi me hubiese gustado. 

Quién hubiese dicho que tantos años después, una de esas personas reaparecería... y con intenciones...

A ver, voy a ser hiper sincera: Mis sentimientos hacia esa persona variaron significativamente con los años, hasta transformarse en total apatía e indiferencia.

También influyó en eso el hecho de que nos hayamos cruzado varias veces durante ese tiempo y que me ignorara olímpicamente, al punto de ni siquiera recordarme... uff... Eso dio bronca. Que no se confunda, no dolió, me dio bronca.

Y ahora heme aquí, superadas todas esas sensaciones, y diez años mayor y claro, también él. 

Propusimos el reencuentro y así se sucedieron unas entretenidas y cálidas charlas entre cervezas de noche, o meriendas con sandwichitos y gaseosa por la tarde bajo el sol palermitano. 

Todo muy lindo... pero la tensión ya estaba demasiado acumulada... y de madrugada nos chocamos con besos en el medio de la calle. 

Lo que siguió fue sexo del bueno, claro. 

Pero que me sorprendió de toda esta experiencia fueron ciertos adjetivos calificativos que utilizó hacia mi persona...buenos, que me los guardo por ahora... veremos qué pasa de acá en adelante.


jueves, 11 de marzo de 2010

El Saludo

Tuve un de obsesión importante. No hace mucho. Parecido al de mi X, pero con el Caballero.
Hacía mucho tiempo que no me pasaba.

Esta obsesión había disparado una dicotomía sentimental importante: era amor, o era lujuria? No veía con claridad dónde estaba parada.

Siempre creí que tiraba todo más para el lado de la lujuria, pero cómo aseverarlo entre esa extraña bruma post orgásmica.

Hasta que hace poco, muy poquito tiempo, un no gesto de su persona me deserotizó por completo. De una forma que ni me esperaba. Claramente no era amor. Y sin embargo, tampoco era lujuria. No era nada.

Todo ese sexo maravilloso, no lo extraño. Ni siquiera eso, no lo ANHELO. Los últimos meses el motor de mi semana era saber que llegado el fin de ella me retorcería de placer.

Realmente lo lograste Caballero, no se si lo pretendías, pero lo lograste. Te convertiste en otro más de la lista.

Qué pena.