Tuve un de obsesión importante. No hace mucho. Parecido al de mi X, pero con el Caballero.
Hacía mucho tiempo que no me pasaba.
Esta obsesión había disparado una dicotomía sentimental importante: era amor, o era lujuria? No veía con claridad dónde estaba parada.
Siempre creí que tiraba todo más para el lado de la lujuria, pero cómo aseverarlo entre esa extraña bruma post orgásmica.
Hasta que hace poco, muy poquito tiempo, un no gesto de su persona me deserotizó por completo. De una forma que ni me esperaba. Claramente no era amor. Y sin embargo, tampoco era lujuria. No era nada.
Todo ese sexo maravilloso, no lo extraño. Ni siquiera eso, no lo ANHELO. Los últimos meses el motor de mi semana era saber que llegado el fin de ella me retorcería de placer.
Realmente lo lograste Caballero, no se si lo pretendías, pero lo lograste. Te convertiste en otro más de la lista.
Qué pena.
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