Y así de fácil, apareció uno que hizo desaparecer al otro.
Lo curioso es que todavía no lo conozco.
Qué extrañas son las cosas a veces.
Pero las palabras son poderosas. Muy poderosas.
Harta de que la lista de personajes variopintos que se atraviesan en mi camino agreguen una P de pelotudos junto a su nombre, la catarsis de la escritura pareció pertinente.
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