Una vez la persona a quien amé como a nadie en el mundo me dijo:
"Perdiste la capacidad de sonreír".
Trabajé mucho para recuperarla.
Y hoy la volví a perder.
Y volvió Gabo con sus palabras-dagas:
"Que sienta alegría,
no sienta dolor,
que cualquiera no es tela de nadie.
Que hay hombres para ser hombres nomás
y hay hombres para ser Arte."
Y me dolió mucho.
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